LA LARGA NOCHE DE LOS TIEMPOS...
En la noche de los tiempos, solo un elemento era vital para asegurar la supervivencia en un mundo en plena mutación y que seguiría mutando...el fuego, ese fuego que servía para iluminar la oscuridad mas profunda, para cocinar los alimentos mas rudimentarios y para calentarse en las temperaturas mas hostiles.
A mi entender, nadie plasmo tan bien la supremacía del fuego como el director francés Jean Jacques Annaud en su película del año 1981 " La guerra del fuego" donde el vencedor es aquel que consigue el fuego para su tribu. Sin embargo, en otro filme del mismo director, "El nombre de la rosa", ese mismo elemento que otorga la luz, se convierte en un elemento que en manos de la Inquisición, purifica y bendice torturando.
Con respecto a la primera pelicula,vale decir que aquel que logra retener el fuego para su tribu, evoluciona, hacia lo que puede considerarse un comportamiento social.
Por lo tanto, el fuego se convierte en este sentido en un elemento paradójico, representando una alegoría de lo que las tecnologías de la información pueden significar dentro de una sociedad globalizada, ya que como lo expresa Levis en su articulo "Modelo para armar", estas no son buenas ni malas, sino es el uso que de ellas se hace.
La noche de los tiempos aun no ha terminado y el fuego se resignifica, a medida que se transitan caminos, sin embargo, su luz siempre fascina y quien lo posee ostenta el privilegio de concentrar el poder, de manera que la posesión o no posesión de este, dibuja una brecha entre el que posee el poder en sus diferentes facetas, entiendase a través de esto: poder económico, poder de conocimiento o cualquier otra manifestación que de él se haga.
Remontándome al concepto de mito del semiologo francés, Roland Barthes, me atrevo a decir que aquellos utópicos que imaginaban la computadora para el pueblo, coincidían ampliamente con el concepto de computopía, vertido por Massuda, allá por fines de los 70 siguiendo en esta linea de pensamiento, esos utópicos pueden ser comparados a los Prometeos que osaron robar el fuego a los dioses del establishment.
Casi 40 años despues, en la larga noche de los tiempos, las brechas siguen existiendo y palabras como indigencia, hambre, umbral de pobreza, H.I.V, inegalidad educativa, son realidades tangentes que conviven con las autopistas de la información, comparable a cualquier carril rápido de nuestra alborotada Buenos Aires, donde los autos último modelo se deslizan sobre esa misma vía rápida, bajo la cual, viven aquellos que deben contentarse con ver el fuego desde lejos.
Una reflexión se hace imperativa aquí y es la siguiente: los conflictos socio -económicos siempre existieron, basta evocar algunos ejemplos: antes era peste negra luego peste rosa, antes burgos versus castillos feudales, mas tarde asentamientos versus barrios privados, y así se fueron tejiendo los hilos de la red social, red mas cerrada o mas abierta, pero red al fin.
No obstante, no creamos que el hecho de codearse con la tecnología, hará desaparecer como por arte de magia los problemas antes evocados, no nos confundamos, no tengamos pensamiento virtual, dejemos eso para un momento de juego, a ver si la "compu" se convierte en un gran espejo de color...y en América Latina sabemos largo y tendido sobre la ilusión...
Mas allá de los conceptos redactados, una parte del género humano siempre ha convivido en la marginalidad, el analfabetismo y la desnutrición, según la tecnología de cada época.
A mi entender, nadie plasmo tan bien la supremacía del fuego como el director francés Jean Jacques Annaud en su película del año 1981 " La guerra del fuego" donde el vencedor es aquel que consigue el fuego para su tribu. Sin embargo, en otro filme del mismo director, "El nombre de la rosa", ese mismo elemento que otorga la luz, se convierte en un elemento que en manos de la Inquisición, purifica y bendice torturando.
Con respecto a la primera pelicula,vale decir que aquel que logra retener el fuego para su tribu, evoluciona, hacia lo que puede considerarse un comportamiento social.
Por lo tanto, el fuego se convierte en este sentido en un elemento paradójico, representando una alegoría de lo que las tecnologías de la información pueden significar dentro de una sociedad globalizada, ya que como lo expresa Levis en su articulo "Modelo para armar", estas no son buenas ni malas, sino es el uso que de ellas se hace.
La noche de los tiempos aun no ha terminado y el fuego se resignifica, a medida que se transitan caminos, sin embargo, su luz siempre fascina y quien lo posee ostenta el privilegio de concentrar el poder, de manera que la posesión o no posesión de este, dibuja una brecha entre el que posee el poder en sus diferentes facetas, entiendase a través de esto: poder económico, poder de conocimiento o cualquier otra manifestación que de él se haga.
Remontándome al concepto de mito del semiologo francés, Roland Barthes, me atrevo a decir que aquellos utópicos que imaginaban la computadora para el pueblo, coincidían ampliamente con el concepto de computopía, vertido por Massuda, allá por fines de los 70 siguiendo en esta linea de pensamiento, esos utópicos pueden ser comparados a los Prometeos que osaron robar el fuego a los dioses del establishment.
Casi 40 años despues, en la larga noche de los tiempos, las brechas siguen existiendo y palabras como indigencia, hambre, umbral de pobreza, H.I.V, inegalidad educativa, son realidades tangentes que conviven con las autopistas de la información, comparable a cualquier carril rápido de nuestra alborotada Buenos Aires, donde los autos último modelo se deslizan sobre esa misma vía rápida, bajo la cual, viven aquellos que deben contentarse con ver el fuego desde lejos.
Una reflexión se hace imperativa aquí y es la siguiente: los conflictos socio -económicos siempre existieron, basta evocar algunos ejemplos: antes era peste negra luego peste rosa, antes burgos versus castillos feudales, mas tarde asentamientos versus barrios privados, y así se fueron tejiendo los hilos de la red social, red mas cerrada o mas abierta, pero red al fin.
No obstante, no creamos que el hecho de codearse con la tecnología, hará desaparecer como por arte de magia los problemas antes evocados, no nos confundamos, no tengamos pensamiento virtual, dejemos eso para un momento de juego, a ver si la "compu" se convierte en un gran espejo de color...y en América Latina sabemos largo y tendido sobre la ilusión...
Mas allá de los conceptos redactados, una parte del género humano siempre ha convivido en la marginalidad, el analfabetismo y la desnutrición, según la tecnología de cada época.
Mas allá de las desigualdades vigentes en este siglo XXI, que esta dando sus primeros pasos, las TIC representan una puerta abierta al mundo, como un balcón, y como docente, lejos de los auspicios económicos, creo ver en ellas, una valiosa oportunidad de utilizarlas como una herramienta, en la no sencilla tarea de enseñar y profundizar en el territorio de la aventura del conocimiento.